En cuatro décadas, al menos una veintena de comunidades sepultadas por el rio Pilcomayo

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En al menos una veintena, algunas relocalizadas dos y tres veces, se cuantifican las comunidades formoseñas que en las últimas cuatro décadas han quedado sepultadas por los depósitos del errático rio Pilcomayo. Esta situación –en la región oeste- a partir de un fenómeno hídrico casi único en el mundo: el atarquinamiento. Es decir se colmata con sedimentos su lecho hasta nivelarlo, luego se baña e incluso llega a desaparecer en algunos lugares.

Quien así lo explica es un conocedor como pocos de aquella región donde llego en la década del ´70, el diputado provincial Roberto Vizcaíno. Indico que por nombrar algunas, se cuentan misiones anglicanas caso El Yuto, San Andrés, El Carmen, Pescado Negro, u poblados como El Potrillo, Santa Teresa, San Martin, María Cristina, Mistol Marcado, Tucumancito, Palmarcito, Pozo Algarrobo, El Toro, las poblaciones que se encuentran bajo toneladas de limo, algunas de ellas han sido refundadas en otros sitios con posterioridad.

Más en estos años, se incluyeron a la lista otras como El Churcal, La Madrugada, San José, Isla García, Mistolar, Pozo Ramón, Tres Yuchanes, Laguna Cansino y parajes pequeños que estaban habitados por aborígenes y criollos. Incluso señala que poblaciones como La Rinconada están siendo deshabitadas al verse afectada por terrenos “flanes” producto de suelos saturados y filtraciones.

Expuso que “se han dado situaciones muy difíciles y aun así se mantiene esta lucha muy despareja con la naturaleza”, recordando situaciones hasta de “militarización” de la frontera a principios de los ´80 por un canal construido en la zona del sepultado paraje El Carmen que género un conflicto diplomático. Esto llevó a lograr un acuerdo conocido como “el Proyecto Pantalón” aun activo, para que cada país manejara el 50% de las aguas, aunque en los últimos años las riadas ingresaron casi en su totalidad a nuestro territorio.

Un estado presente hizo

que no se perdiera el rio

Explica que “a lo largo de una vasta superficie, la variabilidad climática y geológica-geomorfológica han conformado un gran variedad de paisajes, hábitats de etnias aborígenes y poblaciones criollas que han ido moldeando sus prácticas culturales en función del ambiente y las circunstancias de la historia que el indomable rio genero en la zona”.

Sostuvo que “de no haber sido por un estado provincial presente con activas políticas de conservación, protección y manejo de los recursos hídricos, especialmente con este curso fluvial que ha sido, es y será el modelador territorial, una vasta porción del extremo oeste y noroeste se hubiera perdido”.

Indico Vizcaíno que “anualmente se trabaja en mitigar el impacto de cada ciclo de crecida del Pilcomayo, ahora mismo se trabaja con imágenes satelitales y otros dispositivos en terreno para detectar donde intervenir con nuevas obras correctivas”. Admite que “la tarea es compleja, no solo porque demanda inversiones cuantiosas y Formosa esta sola, sino porque al desinterés nacional se suma la necesidad de que la vecina provincia de Salta intervenga en su territorio, de otra manera nos enfrentaremos a situaciones impredecibles en el próximo ciclo de crecida, sobre todo de riadas por fuera del curso frecuente”.

“Existe una fuerte decisión política del gobernador (Gildo) Insfran de trabajar para no perder el rio, porque se es consciente que un vastedad de territorio depende del Pilcomayo, como el bañado La Estrella y los riachos que se nutren de sus aguas y riegan vastas zonas de la provincia”, subrayo.

“Tremenda secuela”

Recordó que las ultimas crecidas dejaron la “tremenda secuela” de la pérdida definitiva de más de una docena de infraestructuras equipadas, sobre todo escuelas y en menor medida centros de salud, unos 40 kilómetros de redes eléctricas, unas trescientas viviendas.

Aun hoy permanecen desplazados de sus hogares muchas familias, las cuales han sido relocalizadas y permanecen siendo asistidas integralmente en el centro transitorio Solidaridad, y en otros sectores que ellos mismos decidieron auto evacuarse.

Revelo que en la que fuera la comunidad de El Churcal se advierte la magnitud de la devastación, Comento de edificios escolares que en dos años solo parte de sus techos permanecen visibles, como la escuela primaria 396 y el jardín de infantes 22, y lo propio en torno a casas y demás infraestructuras sociales de una nueva comunidad “enterrada” por el sedimento.

Acentuó acerca de “la enorme inversión del estado provincial en los últimos años la longitud total intervenida en cuanto a las defensas se extienden a lo largo de más de 125 kilómetros de extensión, con sectores recrecidos y consolidados. A esto se le suman las correderas fluviales de 360 kilómetros aproximadamente, con un promedio de más de 30 kilómetros por año, sumando los tramos nuevos y tramos donde se trabaja en ensanches en dos o tres periodos sucesivos.

“Mantenemos acciones permanentes, como ir generando las condiciones de un hábitat digno para las familias en los nuevos espacios donde se han reubicado, a los cuales estamos dotando de los servicios mínimos a partir de que ya no podrán retornar definitivamente a sus comunidades que quedaron bajo de toneladas de sedimento”, expuso concluyente.