Renuevan atenciones integrales de salud a niños aborígenes

Compartir

Los niños residentes en la comunidad La Mocha fueron beneficiados mediante una nueva jornada de atenciones desplegadas por un equipo multidisciplinario del hospital de la localidad El Potrillo, situada hacia el oeste formoseño a unos 550 km de la capital provincial.

En dicha comunidad habitan decenas de familias originarias. En esta ocasión los más pequeños fueron los destinatarios de amplios controles médicos y de enfermería, como también de un minucioso chequeo realizado desde el servicio de vacunación.

Las evaluaciones antropométricas fueron las realizadas en primer término. Para ello se realizó a los chiquitos “la medición de peso, estatura y talla”, además de la medición abdominal y una completa revisación nutricional para “registrar su desarrollo y crecimiento; y detectar tempranamente cualquier trastorno alimentario u otro vinculado al crecimiento”.

Para complementar los anteriores exámenes pediátricos, también se hizo medición de la temperatura y tensión arterial, testeo de los reflejos y de la motricidad; más controles auditivos y visuales. Desde recién nacidos hasta niños más grandecitos fueron beneficiarios de este operativo con “controles del niño sano, seguimiento de los que sufren enfermedades crónicas y consultas sobre patologías prevalentes estacionales”, explicaron los pediatras “de acuerdo a cada caso”.

En caso de los “pacientitos detectados con factores de riesgo o con algún trastorno que requería un abordaje más especializado” fueron gestionados de forma articulada, los turnos programados necesarios en el nosocomio de salud del Potrillo.

Sobre el final, las madres recibieron consejos sobre la importancia de alimentar a los bebés exclusivamente con la teta en los primeros meses de vida “e inclusive de ser posible hasta el año”. Así se remarcaron los beneficios que la leche materna trae a la salud integral física y emocional de los más chiquitos.

Asimismo se dieron detalles de lo que se conoce como “alimentación complementaria” que se inicia a partir de los 6 meses de vida y que es un “complemento de la leche materna y que debe darse de manera gradual a medida que el niño crece, con alimentos que se van agregando progresivamente. “Siempre con el propósito de promover el buen desarrollo y preservar la calidad de vida de nuestros pequeños pacientes”, comentaron los médicos a cargo.

Finalmente fueron chequeados los carnets de vacunación y aplicadas las dosis de vacunas faltantes “de acuerdo a la edad y condición de salud de cada niño”. Seguidamente fueron entregadas cajas de leche, medicamentos y suplementos vitamínicos “indicados por receta” por los profesionales luego de cada atención.